Otal y Yosa: los pueblos deshabitados de Pilupín.

OTAL y YOSA: muy cerca de casa, los pueblos deshabitados de Pilupín

Otal, hoy no sale humo de la chimenea...

Linás de Broto.

      La cita era el sábado día 11, pero como no pudo ser, salimos Amador y yo, el lunes 13. Un día estupendo, totalmente despejada a la mañana y alguna nube de evolución a la tarde, temperatura agradable para caminar, algo de comer, agüica y las piernas con ganas de andar...teníamos de todo,estábamos equipados, al principio solo echaba en falta la compañía de Moon, pero al igual que muchos buenos amigos, ya forma parte de mí, y acabé sintiéndola a mí lado.

     Eran las 8:30 cuando empezamos a andar desde el túnel de Cotefablo hacia Otal, el sendero pasa por el collado que hace el Faceras con las estribaciones del Erata, hay marcas de GR-15. 

Conforme avanzaba esperaba encontrarme con la imagen de la chimenea humeante de casa O Royo, la bonita Iglesia y el recibimiento hospitalario de Carlos. No fue así. 

Bajando hacia Otal desde el collado del Faceras y Erata

Crucede caminos en Otal

Aunque la mitad de la techumbre de la Iglesia ha caído, la vida se resiste a abandonar casa O Royo y Otal, a menudo senderistas, pastores, vecinos, caminantes y otras gentes pasan parte de sus vidas en sus casas y recorren sus calles...Otal no está abandonado.

Importante aviso en el interior de Casa O Royo.

 La excursión acababa de empezar y no queríamos entretenernos, pero no podíamos marcharnos sin más,  y así se pasó 1:30 h sin darnos cuenta, entre foto y foto, comentarios, sentimientos y recuerdos. 

Salimos de Otal, por fuerte y agradable pendiente, en dirección a Yosa, sin evitar volver la vista atrás, sumidos cada uno en nuestros pensamientos, y volviendo al presente en contados momentos, cuando parábamos a descansar o como cuando una bandada de chovas piquigualdas y otra manada de potros llamó nuestra atención ya cerca del collado de Pilupín. ¡bonito espectáculo!

Desde el collado se nos amplió la panorámica y aparecía Yosa, Oto, el Valle del Ara y los tresmiles de Ordesa entre otras. Nuestro objetivo era Yosa. Mientras tomábamos aliento y disfrutábamos de las vistas, llegó un caminante solitario de Pau, buen conocedor de esta zona, con el que compartimos una agradable charla.

Después de echar un "bocao" y una "minisiesta" en las laderas de Pilupín, llegamos a Yosa, siempre por la GR-15. Aunque Oto queda a poco más de 1:30 h de allí, el pueblo está en peor conservado que Otal, quizá como resultado de la combinación de "puertas abiertas" y ganado suelto.  

También nos entretuvimos algo más de lo previsto en Yosa, haciendo fotos y buscando los cerezos de casa Campo, que finalmente dudo si los vimos, pero lo que si comprobamos es que la pared de la Iglesia resiste el paso del tiempo. La tarde ya estaba entrando y teníamos que volver a casa, así que cogimos el antiguo camino que sube al Sarrato de Yosa y bajamos a Linás por  Bucona. ¡Cómo me gusta este bosque!. 

La jornada duró 9h, de las cuales 5:40h andando y el resto se pasó entre fotos, siesta, jamón, manzana y trago de agua. Fueron 18km de recorrido con un desnivel positivo de más de 1000mts. Disfruté.